//Evolución Sustancial (2da parte)
Involución o Evolución Sustancial
No es de extrañarnos que, aún y cuando somos capaces de entender la verdadera naturaleza del hombre, no quedemos satisfechos y tengamos dudas que a su vez se convierten en nuevas respuestas que nos pueden alejar o acercar hacia lo ya preestablecido. Hemos conceptualizado al hombre de muchas maneras, lo hemos reducido a axiomas casi matemáticos, e incluso el origen del hombre ha recorrido tanto como su historia misma. Continuamente la filosofía evoluciona y revoluciona todo esto que parece tan claro. Dios ha tenido nombres, se ha multiplicado, dividido e incluso eliminado; pero aún así no hemos llegado a la verdad absoluta ni acercado siquiera a comprender la búsqueda de ésta. Pero, ¿por qué sucede esto? ¿Por qué seguimos formulando teorías sobre el hombre si ya sabemos que en miles de años no hemos podido dar una sola respuesta a las preguntas esenciales?
Anticipadamente puedo decir que no daré una respuesta a nuestro origen o trascendencia, pero sí expondré una teoría que se basa en algo que ya hemos comprobado. Esto es: la evolución.
Si observamos a las diferentes especies animales o vegetales, éstas han cambiado para adaptarse a las circunstancias, e incluso existen especies que se han adaptado al entorno urbano que ha creado el hombre. Pues el ser humano también evoluciona y la respuesta del por qué las distintas especies lo han hecho más rápido que nosotros se debe a un factor muy característico del hombre que no posee ningún ser vivo en el planeta. Este factor se puede explicar lógicamente de la siguiente manera:
Bien nos mencionaba Charles Darwin, en su tratado sobre la selección de las especies, que cuando un ser vivo se encontraba en condiciones no favorables para su perpetuidad en la naturaleza, cambiaba o se extinguía de manera natural. Estas condiciones han sido siempre de adaptación las ciscunstancias, ya sea al entorno, o debido a las situaciones de alimentación, reproducción, etcétera; y todos estos cambios convertidos en pequeñas mutaciones que incluso el hombre ha tenido, solo se han desarrollado en la realidad física porque responden a circunstancias físicas. Si sabemos que el hombre no solo es materia, entonces podemos decir que nuestra evolución no solo será material sino sustancial, sintetizando cuerpo y alma. Pero, ¿a qué estímulos podría responder una evolución sustancial en el hombre si la humanidad no se encuentra amenazada sino en continua expansión? Si observamos más allá de las comodidades que nos ha brindado la tecnología, encontramos dos vertientes sicológicas que han ido separándose a través del tiempo. Una de ellas es retrógrada, es decir, que una parte de la humanidad ha dejado de pensar como lo hacía antes; este grupo humano le ha dejado al segundo la tarea de desarrollar nuevos pensamientos y se ha mantenido estático. Este grupo tenderá a desaparecer o a involucionar. El segundo grupo psíquico está en continua búsqueda, no se conforma con la vida fácil que ha obtenido de la ciencia. Este grupo a respondido al estímulo sociológico del sedentarismo y la falta de respuestas, y los está rechazando. Se irá adaptando a una nueva conducta que lo llevará a un paso evolutivo sustancial más arriba. Para llegar a tal elevación del psiqué necesitará estar conciente de este nuevo reto espiritual.
Aún no puedo decir a dónde llegará esta vertiente, pero estoy seguro de que formularemos nuevas preguntas que reemplazarán a las que actualmente nos mantienen insatisfechos pero a la vez alertas ante esta nueva evolución. Es cuestión de decidir si permanecemos alertas o dormiremos como el grupo retrógrada e involucionar nuestra mente.
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